Hoy se discute mucho si corresponde en las regiones presentar candidatos a los gobiernos locales provenientes de movimientos regionales. Por un lado, el dejarlos participar de alguna manera ralentiza la formación de partidos nacionales, y por otro se atenta contra el derecho a participación a ciudadanos que no se identifican con ningún partido, y se han unido como un movimiento local, al amparo de las leyes vigentes, para ejercer su derecho de participación política.
Los movimientos regionales inscritos en el Registro de Organizaciones Partidarias del JNE son 92. Ellos han cumplido con los requisitos establecidos por la legislación electoral y parece poco procedente excluirlos del proceso electoral. Máxime si se trata de alcaldes o gobernadores donde su ámbito de acción es puramente local.
Los partidos representados en el parlamento, como no, están procurando excluirlos de las elecciones para forzarlos a incorporarse a un determinado partido. Pero aquí viene lo perverso: De acuerdo a una ley distópica, los aspirantes a alcaldes o gobernadores, al no poder postular por su movimiento, tendrían que estar inscritos en el partido nacional que los cobije antes del 12 de octubre del 2024. Pero hay más: el hecho que se inscriba en un partido hoy en nada garantiza que vaya a ser candidato al puesto que aspira, pues dentro de dos años cuando se eligen los candidatos, quien sabe si el confuso sistema de designación de candidatos, más alguna inquina de los que mandan en el partido, lo dejen fuera.
Vea cuáles son los movimientos inscritos en el JNE para que dimensione el problema. Hemos señalado a las regiones con un código de colores que indica cuantos movimientos tiene cada departamento de la República.
Código de colores según cantidad de movimientos políticos en la región